Hace cuestión de meses, me encontraba entusiasmado de más ya que mi viejo me había invitado con su novia, Jessica, a comer sushi y luego al cine a ver "Roger Waters The Wall". El viejo es de esas personas que cuando te invitan al cine, siempre es en la mejor ubicación. Hace no mucho tiempo, solíamos ir todos los Sábados con mi hermano Brian y él, al cine Showcase de la calle Monroe. Solíamos joderlo si no sacaba las ubicaciones exactamente en el medio, ya que tiene la manía de comprar las entradas con bastante tiempo de antelación y siempre, siempre, en la fila 9. En esta ocasión, saco las entradas con un mes y medio de anticipación. Se podrán imaginar que el cine estaba repleto y no quedaba ni un asiento libre. Para aquel que se quedo con lo de sushi, fuimos al clásico Dashi, donde es imposible no salir con una sonrisa. Sí, frase de gordo. De todas formas, volvamos con el tema original, la película y lo extraordinario que fue el show.
Ah, antes creo necesario contar un poco mi relación hacia Pink Floyd. Claro que como todo fanático de la música, conocía la banda y sus integrantes, pero nunca me tomé el tiempo necesario para sentarme y escuchar su música en profundidad. Por lo tanto, si bien reconozco que son excelentes músicos y que marcaron un hito en la historia de la música, no estoy del todo familiarizado con su trabajo, dicho de otra forma, no soy el fanático que se sabe todas sus canciones de memoria. Por lo contrario, me pareció una gran oportunidad para acompañar a mi viejo, amante de la banda, y conocer un poco más de estos maestros.
El largometraje presenta el show brindado por Roger Waters a lo largo de su gira durante el 2012 y 2013. Este espectáculo posee la más moderna tecnología, ya que sin la misma, sería imposible lograr el show. A lo largo del mismo, el escenario se va transformando en una enorme pared, la cuál utilizan para mostrar imágenes audiovisuales. A medida que van pasando las canciones, el muro se va construyendo hasta que queda completo, con el fin de destruirlo sobre el final del recital. Esta decisión, está muy relacionada con aquella frase que Waters supo decir en algún momento, "El ser humano debe destruir paredes y barreras, no construirlas", en relación al conflicto en Israel por el Muro de los Lamentos.
A lo largo del film, el público puede disfrutar del show que dio el ex Pink Floyd en la gira sobre el disco "The Wall", con imágenes exclusivas. Además, nos ayuda a comprender de mejor forma el contexto en el cuál Roger Waters compuso el álbum, y su forma de pensar acerca del ser humano y las guerras en general. El concierto es un antes y un después en la historia de los espectáculos musicales. No es solo un recital, esa palabra le queda corta. Es un espectáculo en su máximo esplendor, es una obra, es... "Rock Theatre".
El largometraje presenta el show brindado por Roger Waters a lo largo de su gira durante el 2012 y 2013. Este espectáculo posee la más moderna tecnología, ya que sin la misma, sería imposible lograr el show. A lo largo del mismo, el escenario se va transformando en una enorme pared, la cuál utilizan para mostrar imágenes audiovisuales. A medida que van pasando las canciones, el muro se va construyendo hasta que queda completo, con el fin de destruirlo sobre el final del recital. Esta decisión, está muy relacionada con aquella frase que Waters supo decir en algún momento, "El ser humano debe destruir paredes y barreras, no construirlas", en relación al conflicto en Israel por el Muro de los Lamentos.
A lo largo del film, el público puede disfrutar del show que dio el ex Pink Floyd en la gira sobre el disco "The Wall", con imágenes exclusivas. Además, nos ayuda a comprender de mejor forma el contexto en el cuál Roger Waters compuso el álbum, y su forma de pensar acerca del ser humano y las guerras en general. El concierto es un antes y un después en la historia de los espectáculos musicales. No es solo un recital, esa palabra le queda corta. Es un espectáculo en su máximo esplendor, es una obra, es... "Rock Theatre".
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