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Un Quentin atípico

La ante última película de uno de los mejores directores de los últimos tiempos.






Como buen fanático del genialisimo Quentin Tarantino, su nuevo film era una buena oportunidad para disfrutar del cine un jueves por la noche con un gran amigo. Éste, se trataba ni más ni menos que del queridisimo Ezequiel Borzone, quién pidió, celos de por medio, una crónica en la que él apareciera.
Claro está que con mucha alegría acepté la invitación. Sobre todo, teniendo en cuenta que una semana más tarde se iría por 6 meses al lejano oriente.
Así es como llegamos a "Los 8 más odiados". Tanto él como yo, disfrutamos de las locuras de Tarantino y sus grandes films. En esta ocasión las cosas no empezaron de la mejor manera y terminaron aún peor...
Lo fui a buscar a su casa. Como siempre, difícil sacarlo de Palermo. Luego caminamos tan solo media cuadra y nos adentramos en el cine. Tengo que aclarar que como buen fanático del cine, también soy fanático de la comodidad, y el Cinemark Palermo, es todo menos cómodo. Es por esto que empezamos con el pie izquierdo. Por supuesto, nos cagamos de risa charlando de nuestras cosas y de su próxima travesía a Israel, y por lo tanto, la incomodidad que brindaba el cine pasó a un segundo plano.

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La nueva película del director norteamericano, "Los 8 más odiados" (The Hateful Eight), es un western ubicado en Wyoming, Estados Unidos, durante la presidencia de Abraham Lincoln al finalizar la guerra civil, también conocida como la guerra de sucesión. 
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John Ruth le apunta a el Mayor Marquis Watten
En pleno temporal de nieve, el caza recompensa John Ruth (Kurt Russell) se encuentra en viaje hacia Red Rock para escoltar a Daisy Domergue (Jason Leigh) a la justicia por sus crímenes cometidos. En el transcurso de su recorrido el cochero del carruaje, O.B Jackson (James Parks), se ve obligado a detenerse porque se cruza con otro caza recompensa, el Mayor Marquis Watten (Samuel L. Jackson) y  más adelante, con Chris Mannix (Walton Goggins), supuesto nuevo Sheriff de Red Rock. En ambas situaciones, John Ruth se compadece por la situación climática y decide llevarlos a ambos en su carruaje. En camino a su destino, se ven forzados a parar en la Mercería de Minnie por el terrible temporal que los azotaba.
Allí encontrarán café y un ambiente cálido lejos del frío extremo que los vapuleaba. Además, se toparían con Bob, quien supuestamente estaba  al cuidado del establecimiento, ya que Minnie había ido a la casa de sus padres; con Oswaldo Mobray el verdugo de Red Rock, con el cowboy Joe Gage y con el General confederado Sanford Smithers; todos varados por el clima. 
Estos, se verán obligados a convivir durante el temporal, y no sería una tarea fácil de realizar debido a sus evidentes diferencias ideológicas. Sin embargo, los caza recompensas, pronto se darán cuenta que algunos de ellos no se encuentran en la mercería por mera casualidad, y que su cometido, es todo lo que John Ruth temía desde un inicio.

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Esta última entrega de Quentin Tarantino me dejo una sensación ambigua y no culminó con mis expectativas. Creó que por primera vez el trabajo del director no fue de mi mayor agrado.
Lo cierto es que es una película extremadamente larga y que podría haberse definido mucho antes de sus 3 horas de duración. A pesar de esto, y debido a que la mayor parte de la película está filmada en una misma habitación, me recordó el primer trabajo de este genio, Reservoir Dogs o Perros de Reserva.
De todo modos, destaco la forma en que Tarantino decidió filmar la película, ya que le da una mayor sensación de pertenencia a la época. Con este tipo de filmación, el espectador siente que se encuentra en aquellos años de la historia yankee. En cierto sentido, por momentos parece ser una obra teatral.
Como siempre, la elección de los actores fue uno de los puntos más destacados. Sobre todo la actuación del groso Samuel L. Jackson que, nuevamente en una película de Tarantino, se comió la película.
En definitiva, si bien me resultó muy densa y por momentos hasta aburrida, todo consumidor del director debería verla, ya que según él, es una de sus últimas películas (la número 8 de 10 que confesó que realizaría). Como siempre, cuenta con la cuota de exageración y de escenas sangrientas, aunque en esta ocasión no es predominante como en el resto de sus películas.

Al finalizar la película, le comenté a Borzo mi opinión de la misma, y de alguna u otra manera, coincidimos en que no era lo que nos esperábamos. Es por este motivo, que nuestra salida no termino de la mejor forma. De todos modos, al igual que como todo comenzó, nos despedimos con un abrazo, risas y un "hasta la vuelta"

Comentarios

  1. Gran critica, pelicula mediocre, pero verte siempre siempre es un gusto y un placer amigito!
    Saludos desde el medio oriente!

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